!!Venga Valiente¡¡ sonaba en mi mente constantemente motivándome a escribir sobre este disco y compartirlo con otros ojos que posiblemente tiendan a sorprenderse del mismo. En ocasiones no resulta tan sencillo describir algo cuando este algo simplemente te remite a otro algo, diferente, aunque ambos tengan un punto en común, incluso si este algo te proyecta imágenes, momentos, emociones (positivas y negativas), situaciones y olvidos perdidos de ese otro algo, disminuyendo la atención del algo principal, y es ahí donde comienza la complejidad de la descripción, por lo tanto, trataré de no escribir de más pero si lo suficiente… empecemos…
Al observar de primera instancia la portada, me enfrento a una bifurcación musical para intentar situar en algún género al disco. Por un lado puede ser un grupo de metal, el cual me hace dudar entre bajarlo o no ya que mi gusto y conocimiento es bajo (¿o selecto?) y nulo, respectivamente; pero, también me remitía a un estilo más tribal, el cual me resulta por demás agradable, sobre todo con algunas propuestas que a últimas fechas he encontrado en la red como Amadou & Mariam, Konaki Orkestar o Paavoharju, ante esto, y sin más opciones, me deje guiar por el nombre, el cual me remitía a ese otro algo que les comentaba: Amantes del círculo polar y Lucía y el sexo.
Mi curiosidad mórbida se transforma en certeza y El último Primate es el primer álbum en solitario, en forma y en español de la actriz-cantante Najwa Nimri, que a para sorpresa mía no es su primera participación en el aspecto musical, ha tenido algunas bandas y participado en otras, incluso antes de dedicarse a la actuación. Siendo la segunda lo mejor que hace. Ahora entendemos su desaparición de las cámaras por 3 años, pero una vez que se escucha el disco no sé por qué razón lo hizo.
El último primate no es un disco que resulte de mi agrado, no me provoca un giro o distorsión emocional, ni siquiera disgusto por el mismo, simplemente corre como fondo sin distraerte de lo que llevas a cabo. Mantiene un sonido que me recuerda por momentos a Chabela Vargas en sus años mozos, pero sin ese aguerrido sentimiento que la caracteriza y en otros momentos a Bebé pero sin una línea (aunque sea ultrafeminista) que le permita mantener cierta identidad. Considero que le hace falta fuerza, enojo, cambios de ánimo y quizá, sólo quizá, tendría otro sentido.
Ahora bien, si el disco resulto desagradable ¿cuál es la razón por la que escribo de él? Simplemente mantener el referente de su rostro y voz, por supuesto de Najwa, mientras se escucha el disco provoca una proyección retrospectiva e introspectiva de imágenes y cambios alegóricos que se yuxtaponen, las primeras de una de mis películas predilectas “el círculo polar” y “lucía y el sexo” ambas de Julio Medem y, las segundas, de las sensaciones que se vuelcan sobre mí y me llevan de un estado emocional a otro. Recupero del olvido el amor que siento por ANA a través de OTTO y la forma de andar para encontrarse sin encontrase en un punto exacto. Me genera angustia, aún no frustración, por el deseo tácito de encontrarme cual ANA en dicho punto con el olvido, propio y ajeno, que arrastro cual fardo. De repente entran frases de la canción “Como un animal”, de las más rescatables, que me hacen sentir el aire en el rostro como LUCÍA y su necesidad de encontrarse. En fin…creo que deberé de sumergirme en ambas películas… o en mi mismo esperando a mi ANA.
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