En ocasiones no me gusta como soy, ni el sabor de la comida, ni los lugares en los que suelo encontrarme de vez en vez, lo que me lleva en algunos momentos a recorrer la ciudad cual gato nocturno por los tejados y, otras tantas, a jugar a no despertarme y dormir o creer que duermo en demasía, así, sin más, sólo dormir. Y ante eso, encuentro no sólo fascinación por Haruki Murakami, también una alta identificación de sus letras, historias y personajes, los cuales no sólo proyecto e imagino, sino que, ocasionalmente, siento la necesidad de encontrármelos en algún momento del día, con la carga emocional de cada uno, incluyéndome, sobre todo, porque creo, que siendo tan diferentes todos somos uno mismo.
Estas letras tienen una razón, la cual no siempre es la que plasmo y la que leen, pero al final quizá cumpla el cometido. Cuando hablo de identificación, de recorridos nocturnos, deseo de dormir es simplemente porque al finalizar el libro After Dark de Murakami, me queda una sensación extraña (algo que me ocurre con frecuencia en su obra), por lo tanto, cierro los ojos, pienso la historia, recuerdo los hechos, al menos los relevantes para mí, y pienso ¿realmente leí eso o siento que lo cree a partir de cosas que me van sucediendo? ¿será una historia que me cuento a mi mismo?. En fin, el punto es…
After Dark nos otorga una historia, o mejor dicho, varias de ellas, en la que se ven envueltos diversos personajes que, por circunstancias individuales, se encuentran inmersos en la soledad. Al mismo tiempo cada actor refleja las circunstancias humanas emocionales que llevan a cuestas, que vistas a otros ojos no son del todo complicadas y, por ende, es que se genera esa misma soledad. No hay una intención de entender al otro por el otro mismo, se parte de uno y del individualismo que nos caracteriza. Si bien existen encuentros casuales o causales que nos demuestran una causa y efecto, un efecto mariposa o la teoría de los 6°, al final nos damos cuenta que en la mayoría de nuestros actos solemos desencontrar o desencontrarnos con mayor frecuencia sin darnos cuenta de ello. Nos hace tomar conciencia de la dicotomía que siempre tenemos presente y como nos desplazamos y vivimos cada una de las partes, en este caso, After Dark nos muestra el lado oscuro, noctambulo, de lo que ocurre en una sola noche en una misma ciudad y el contacto que se tiene con un sin número de personas de las que muchas ocasiones no sabemos de su existencia y que, sin embargo, influyen de una forma u otra en nuestra propio ser.
Por último, considero que After Dark debería de vivirse con algo de música de fondo, para ello recomiendo el excelente disco de Dark Was The Night o Dark Night of The Soul. Aquellos que deseen alguna reseña consigan las carpetas.
"-Yo pienso mucho en el pasado, ¿sabes? especialmente desde que empecé a ir de una punta a otra de Japón, huyendo. Si lo intento con todas mis fuerzas, van acudiendo a mi cabeza un montón de recuerdos, y muy vívidos además. Cosas que había olvidado hacia mucho tiempo, surgen, así, de sopetón, y resulta muy interesante. La memoria de la gente es la hostia, pero es la cosa más inútil que puedas imaginarte. Se parece a un cajón lleno hasta los topes de chorradas. ¡Y pensar que las cosas importantes de la vida diaria las vamos olvidando una tras otra!" (After Dark)
"...Quizá sea un día como los demás, o quizá sea un día relevante que, por diferentes razones, quede grabado en la memoria. en cualquier caso, por el momento, todo el mundo tiene ante sí una hoja en blanco, sin nada escrito" (After Dark)
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