Después de darle varias vueltas, escucharlo aleatoriamente y reproducir mis favoritas puedo sentarme a escribir sobre The Coral. Ahora bien, mi entusiasmo por su nuevo disco me ha provocado la emoción de encontrar letras que haya escrito sobre esta banda, pero para sorpresa mía, no he plasmado nada escrito sobre ella en 14 años que llevan de existencia, increíble¡¡. Sin embargo, sé que he hablado de ellos constantemente y que, de alguna forma, estarán plasmadas en alguien que no sé olvide tan fácil.
The Coral es una de esas bandas que, para mala fortuna de ellos, tuvieron que haber nacido antes o después de haberlo hecho. Provenientes de Hoylake, cerca de Liverpool, han pasado una serie de dificultades para obtener la fama que realmente se merecen, sobre todo porque han sido marginados, ninguneados y prestados a poca atención a nivel mundial (caso contrario en islas Británicas donde el reconocimiento es bastante alto).
Pocos son los que han reconocida lo maravilloso de esta banda, la cual atmosfériza sus discos con melodías amables, felices, guitarras precisas, ritmos beat y brit, aderezadas de un ligero toque de psicodelia sesentera (The Beatles) e influencias modernas de rock (The Last Shadow Puppets). Su mayor reconocimiento fue en el 2002 con su álbum debut homónimo que llego al 4° mejor álbum del año.
Después de esas fechas mantuvieron un bajo perfil, no por calidad o nula creatividad, sino por el hecho de las tendencias, modas y géneros que en estos años han marcado tendencia. Este fenómeno puede resultar, actualmente, positivo para ellos, en donde los sonidos sesenteros van cobrando auge a últimas fechas.
Para este mes, The Coral lanza un disco doble llamado Butterfly House (sencillo que también lleva el mismo nombre y que escucharán en sus radios) con 18 grandes canciones que distan mucho de tornarse largo o aburrido, por el contrario, nos demuestran una serie de canciones ideales para un día como estos.
Canciones ideales para correr y saltar en la pradera bajo algunos rayos de sol cálidos en pleno verano, por supuesto, si es que tuviéramos pradera, sin embargo, las calles encharcadas de la ciudad, el smog, obras e indiferencias social tendrán otra perspectiva, el fin último es ridiculizarnos con gran placer.
Canciones como “Roving Jewel” con guitarras aceleradas y una voz neostalgica; “Walking In the Winter” con un estilo más folk que cantaré mientras camino o “Green is the color” en donde se proyecta claramente la influencia de The Beatles y The Last Shadow Puppets o su lado más rockero en “She's Comin' Around”.
Butterfly House será un disco que escucharán constantemente en su radio, porque quizá este sea su año...o al menos parte del mío.
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