26.6.10

Sueño

Una vez que la luz tocó mi rostro me di cuenta que acababa de soñar contigo…

Hoy me levante de mal humor, la sensación de sentirme desnudo, sin sentido, potencializó el ánimo matutino, las voces que corroían mis oídos y el reflejo de las siluetas, entre persiana y persiana, rasgaban mi piel constantemente. Por fin abrí los ojos, lentamente pude enfocar y reconocer cada imagen que ante ellos se presentaban y tuve unas infinitas ganas de cambiar de corazón…

… qué lástima que no tuve letras a la mano, porque simplemente, a veces no me gusta amanecer conmigo.

He recorrido cada espacio, y cada espacio es diferente a uno mismo, ante ello he decidido perderme entre la ira de las masas urbanas, a veces me he dejado ver por ojos en los que pude incrustarme y platiqué con bocas que hablarán con las manos; pasan constantemente y yo… aún no puedo abrir los ojos.

Me irrito, me enfado y encuentro cicatrices que a veces alejan de la verdad por más que ellas jueguen…entonces, decido quitarme un brazo, y la incertidumbre me embarga justo antes de ponerme el reloj. Dejo el brazo y me encomiendo al tiempo de la mano derecha, a pesar de que él casi siempre me abandonó.

Sigo en la movilidad antropológica, al tiempo que reviso que mi armado haya sido el correcto. Algo de mí tuve que haber olvidado en la casa, justo entre sábana y sudor, sólo que no recuerdo qué forma tenía.

Sigo intentado encontrar las letras y su forma correcta…

Olvido

93

24.6.10

Vinila Von Bismark and The Lucky Dados


Vinila era la vocalista de Krakovia y una de las características que la definían, o por la que salto a la fama, fue su mezcla entre candidez y autoconciencia que proyectaba.

Después de un tiempo, sin saber mucho de ella, regresa, pero ahora con un trío que lleva por nombre The Lucky Dados (el cual me recuerda al libro “La música del azar” del grandioso Paul Auster), los cuales ofrecen una mezcla entre un rock & roll y sonido vintage, o sea, rockabilly, cuando en realidad se inclinaban más por el punkabilly o psychobilly.

Esta mezcla entre vocal y banda nos presenta un excelente disco circense, carnavalesco, burlesco y cabaresco llamado The Secret Carnival. Una mezcla entre el rockabilly, neoswing, ska, sonidos bastantes clásicos bañados de un toque especial que permite disfrutarlo en demasía.

El productor del disco es el mismo de Kitty, Daisy & Lewis (en la carpeta encontrarán su reseña) lo que nos habla de música de calidad y reconfiguración de géneros.

Inevitablemente, les guste o no el género, comenzarán a mover alguna célula e imaginarán a esta rubia veinteañera enseñando tatuajes y un poco de piel en una época cincuentera rodeada de enanitos, con un baterista que hace malabares y demás gracias que hacen durante sus conciertos.

Pareciera que a las coincidencias les gusta jugar con el tiempo…

23.6.10

Una película de un libro: Interpol: Lights

La mayoría de las veces suelo cerrar los ojos ante los videos de música que se proyectan a mi alrededor. Esto se debe a que mi forma de consumir, paladear y digerir cada canción está relacionada, de forma intrínseca, con mi proyección de imágenes, sensaciones y estados de ánimo que por ella misma me puede provocar. Habría que aclarar que esto no sólo ocurre con videos, incluso se manifiesta con algunas páginas, blogs, etc., que puedan influir en mi gusto, aceptación o rechazo por uno u otro grupo, sobre todo aquellas que son altamente visuales.

Una vez que suelo ingerir y tratar de entender, a mi forma y a mi modo, las letras sónicas que voy encontrando, quizá y sólo quizá, pueda enfrentarme, directa o indirectamente, con esta segunda parte visual que me permite el juego comparativo entre mis imágenes y las que alguien más crea. Esto se vuelve sumamente divertido, sobre todo cuando los significados y la absorción de una canción es completamente diferente.

Escribiré algo sobre mi rechazo, mejor dicho postergación visual:

Observar una canción antes de ser escuchada te proyecta una serie de imágenes que se interiorizarán como referente de la misma, te crearán una historia que, quizá, no hubieras imaginado. Esto te llevará a la proyección de algunas imágenes en cada momento que escuches dicha canción y reconstruirás o reconfigurarás la historia con algunos elementos que tú puedas incorporar, aún así, la base de la misma ya te está dada, limitando tu expresión y creación, en cualquier sentido, individual.

Creando una analogía entre literatura y cine:

Cuando se suele observar una película que fue adaptación de un libro, las imágenes, historia, símbolos se introyectan en uno, las va recreando, comentando, recordando y se va fortaleciendo esas imágenes como referente del título. Ocasionalmente, esto puede provocar, si fue lo suficientemente atractiva, que se uno se dirija a la versión escrita. Al momento de leer el libro, inevitablemente, saldrán a flote las imágenes de la película en determinados pasajes del libro y los rostros, contexto, etc, serán recordados o, en el mejor de los casos comparados, con los de la pantalla grande y así, el cine limita nuestra creatividad con la lectura de un libro.

El proceso contrario, resulta más interesante. Leer el libro en primera instancia nos permite mostrarnos altamente creativos al recrear y vivir cada aspecto que se nos presenta en letras, que con un ligero giro se convierten en imágenes, emociones, palabras. Cuando, posteriormente, se suele ver la película existe una crítica mayor hacia uno y otro, entre libro y película, entre uno y la visión del otro.

Esto se suele evitar muchas veces cuando sólo se consume uno u otro, lo que ocurre en la mayoría de las veces, pero eso sería otra perspectiva que hoy el olvido nos permite dejarlo a un lado.

Ver un video antes de escuchar la canción, es ver una película antes de leer el libro.

Todo esto, se debe al nuevo video que han presentado ahora en la madrugada la banda de Interpol que lleva por título Lights y el cual me agrada en demasía. Quizá este influenciado por mi apego al tipo de música que han mantenido y al parecer continuaran generando en este su último disco, del cual nos encontramos a la espera. Excelentes imágenes (que me recuerdan referencias Tarantinescas), una historia diferente a la mía, contrastes sensuales, rituales reales. La voz de Jualian Plenti que en momentos pereciera que esta narrando una emoción, una historia (tipo Roger Waters), sonidos característicos que golpean mi interior y evocan algarabía compartida Sabiniana…

En fin, mi deseo por compartirlo es basto, así que espero puedan disfrutarlo muy a su manera y muy a gusto mío…

Por cierto, podría parecer una contradicción que ahora muestre el video, pero mi propia historia de la canción hace tiempo la cree al haber bajado el sencillo… es decir, ya había leído el libro...

17.6.10

Levi’s Pioneer Session



Me fascina la forma en que voy encontrando cosas, una foto o una letra me lleva a otras tantas, entre esas tengo que elegir la que más llame mi atención y, por ende, me llevará a una serie de opciones entre las que volveré elegir; durante esta serie de elecciones mi emoción va a la alza, pues no sólo encuentro lo que era de mi interés y más, sino que además encuentro aquello que no sabía que existía y que potencializa mi entusiasmo matutino.

En este caso se trata de una página que lleva por nombre Levi’s Pioneer Session. Para esto, Levi’s está tratando de hacer lo que varias radiodifusoras o páginas inglesas están llevando a cabo desde hace tiempo (muy inteligente por su parte): reunir una serie de bandas importantes hoy día para realizar cover´s de una forma muy original bajo la premisa de que hay cosas que son eternas, como las buenas canciones.

Para ello, retoma clásicos clásicos y los pone en voz de diversos artistas de géneros varios como rap, indie, pop y soul.

Entre las bandas que están incluidas podemos empezar por mencionar a mi chica ideal Zooey con She & Him (la cual fue la causante de que llegará a este sitio), también encontramos a Dirty Projets, The Shins, Jazon Mraz, Passion Pit, The Kills, entre otros para formar un total de 12 sesiones.

Cada una de estas sesiones son presentadas con un poco de historia del grupo y de la canción en cuestión, así como el video por si las ansias carcomen y no pueden esperar a bajarlas de forma gratuita en la misma página. Realmente es una gran idea por parte de Levi’s, el único detalle es que no basta registrarse una vez, sino que hay que hacerlo para cada una de las canciones, pero realmente vale la pena.

The Like: Release Me



Utilizando equipo análogo exclusivamente de los 60’s, The Like presenta para este mes Release Me.

Una banda de 4 hermosas chicas de los Ángeles con el atuendo, música y actitud clásica de los 60’s que tanto me encanta (vestiditos, minifaldas, botas largas o descalzas, chicas con movimientos intrínsecos sexy’s y una ternura en el rostro con la que uno se dejaría engañar constantemente) e inclusive cuando se acompaña todo esto con nombres como Z, Tennessee, Laena y Annie. Estos nombres han creado el mito de ser hijas de famosos, los cuáles y quienes no he podido descifrar.

Entre las carpetas se puede percibir un dejo de fascinación por este tipo de voces femeninas (The Pippets, Dum Dum Girls,The Postmark, God Help The Girl, Jenny Lewis, Hari & Aino, etc…) llenas de coritos y tonos que invitan al movimiento corporal, rodeadas por una atmósfera proporcionada por instrumentos básicos y clásicos de una banda y con Release Me nos otorgan un espectacular pop-soul que disfrutaran de días lluviosos como éstos.

The Like, no sólo son hermosas y fabulosas, sino que están muy bien respaldadas por Mark Ronson (productor de cabecera de Amy Winehouse). La carrera de estas chicas fue a la alza cuando eran teloneras de Artic Monkeys y Muse, sólo que en ese entonces tocaban pop-rock de su primer disco.

Podría mencionar varias rolas como Wishing He Was Dead, Narcissus In A Red Dress, Trouble In Paradise, I Can See It In Your Eyes, He's Not A Boy, Don't Make A Sound aunque lo recomendable en esta ocasión es el disco por ambos lados.

15.6.10

The Tiger Lillies



The Tiger Lillies es un trío inglés formado en 1989 que me recuerdan en demasía a Albert Pla con su majestuosa forma de contar historias bruscas, francas, escatológicas, viciadas de la forma más bella posible, de soltar una sonrisa y una sensación de disfrute e inclusive cantarlas mientras se camina en el parque.

Por supuesto, en su actuar, imagen, obra teatral y el uso de piano, acordeón, o violoncelo, me recuerdan a Dresden Dolls, al tiempo que a mi mente llega Amanda Palmer que como solista no mantiene la esencia de aquella fuerza que la caracterizaba.

En el sentido circense a The Mummers, el cual crea una onda sónica similar, sólo que en otro género, ah¡¡¡ y sin dejar de lado a la excelente banda italiana Banda Bardó (y que aún recuerdo la forma en que llegaron a mí). En fin, gracias a A una ola de reminiscencias me han abordado y al mismo tiempo se han creado una serie de sensaciones que aún no experimentaba. Una banda idónea a mi estado emocional indescifrable hoy en día.

Es fascinante como se puede mezclar un ambiente bélico, lo fascinante del circo o mejor aún del cabaret y las letras de algún poema maldito. La forma tan intima de provocar y al mismo tiempo ser tan políticamente incorrectos.

Letras que con tanta naturalidad hablan de la muerte, los pecados, el diablo, el olor corporal, las pastillas, el amor animal, las prostitutas o una chica drogata que se tira por la ventana, así o más… lo mejor de todo es que no se quedan con nada guardado… nos siguen dando canciones bélicas, desquiciadas y excéntricas… simplemente son bellamente emocionales.

Con más de 20 discos en su haber y una nominación al grammy en el 2003 con su disco The Gorey End. The Tiger Lillies van demostrando que es un grupo fascinante, sarcásticamente alegre y que me deja a la incertidumbre cotidiana y continúa para esperar su llegada y poder interactuarla en vivo…

Realmente, voy a la escucha (de forma aleatoria) del 5° álbum, por lo tanto, no recomiendo un disco en específico, sino al grupo por completo, que al haber tanto material, seguro su elección será la correcta…

Si bien dices haberme robado frases de un estado de ánimo, ahora te robo y me apropio de ésta banda que lleva una historia tuya… Gracias A.

La historia de A

A es una chica fascinante, la llamaremos A porque no le gusta cómo suena D. Quizá tampoco fascinante sea un adjetivo que pueda describirla fidedignamente, sobre todo porque es más ella.

Tampoco podría describirla física ni emocionalmente, es un entramado de sensaciones hoy día, que a ciencia cierta, ni ella ni nosotros, sabemos las razones.

Un día, después de poner un pie al bajar de la cama, le llego la idea de que inevitablemente tenía que crecer y para ello sólo le quedaban dos días, mientras pensaba esto al mismo tiempo observaba con gran detenimiento como se extendían sólo dos dedos de la palma de su mano derecha; justo en ese momento sintió un escalofrío que le recorría desde la punta del pie hasta llegar al corazón provocándole una reacción inmediata de vértigo que la catapultaba a encubrirse, no con el mismo placer de la noche, de nuevo entre las sábanas. Tampoco sabemos si fue el frío del piso o los dos días que restaban.

Horas antes o después, días próximos o usados, sintió un desajuste corporal, al cual le atribuía estados de ánimo inconstantes, volubilidad y sensibilidad no habitual, por supuesto, en letras de aire lo denomino un estado hormonal femenino, el cual venía a congestionar una vez más los pensamientos que hoy la embargan, tratando de justificar una vez más los días marcados con una x en el calendario frente a ella. Eso aún permanece desconocido para ella y cada uno de nosotros y A se limita a mover la cabeza de derecha a izquierda mientras baja la mirada.

Justo en ese momento a sus oídos sólo llega el ruido sordo del televisor, la grata compañía en las noches de insomnio laboral universitario, madrugadas de desvelo planeando, haciendo, creando y moldeando el mundo a diestra y siniestra. Esa costumbre nocturna que tanto placer le ofrecía. Un sonido llama su atención, pensándolo bien es más que un sonido, es una melodía. Inmediatamente, como un acto reflejo, levanta la vista al televisor y su primer reconocimiento es el canal en el que se encuentra, no está del todo segura del programa que se transmite a esa hora; lo único de lo que tiene certeza es que está en sintonía con el canal 11. Detalles que se olvidan o que no son relevantes la limitan o concentran en el video que en ese momento se está transmitiendo, no sabe por qué razón se siente empapada de múltiples emociones, tampoco sabe que es lo que las está detonando, ni siquiera cuáles, cómo ni dónde están varadas. Simplemente intenta centrar todo aquello en ese trío inglés que se proyecta en la pantalla y que lleva por nombre The Tiger Lillies, sin más se deja llevar por esa encaramada de sonidos que esa noche permanecerá en vela mientras suena en su cabeza la canción que se le permitió escuchar.

Los días posteriores dedico gran parte de su tiempo a encontrar en uno y otro lado las canciones, discos, reseñas que le dieran un norte a sus sensaciones. Descubrió que sus emociones eran poco conocidas o ajenas a su país de origen; lo que permitió crearse, más que una actitud de resignación, un entusiasmo con las migajas que iba recolectando del grupo. Simplemente era encontrar una a una cada pieza del rompecabezas de ella misma proyectada en cada una de las canciones que formaban parte de su conglomerado musical, hasta que un día, sin percatarse del todo, había terminado la escuela.

A creció, se incorporó al plano laboral y, sobre todo, al sentimental. Se enfrentó al desamor y, por ende, a la cómoda sensación de fuga cuando éste no resulta del todo agradable. Pensó en su suerte, en el desanimo y las desventuras que la embargaban día a día. Su estado anímico no se encontraba en plenitud, por demás está decirlo cuando la encontramos reflexionando sobre viajar a otra ciudad en busca de refugio y alejarse del festival, alegoría de su ciudad.

Casualmente entre letras, como ahora la encontramos y creemos conocerla, A sintió de nuevo ese giro de antaño, que alguna vez provocó y no supo descifrar. Sólo que en esta ocasión la pantalla era sólo un trozo de papel y tinta que le ofrecía el entendimiento o, al menos, una pista más, para descifrarse a ella misma. El anuncio prometía la presentación de The Tiger Lillies.

No sabemos si fue literal, pero las ráfagas de viento golpeaban su rostro y secaban sus lágrimas mientras corría hacia la adquisición del boleto que le diera la entrada a un contacto directo con el generador de esas sensaciones, para ese entonces universitarias, las cuales mal descritas han crecido a la par con ella, y quizá tanto como esa extensión de dedos que algún momento describimos. Su ansia fue tal, que una vez que arribo al escenario y encontrase sola, esta se convirtió en incredulidad, sobre todo al leer el asiento designado en su boleto. 2ª fila, uno no puede estar más cerca de uno mismo porque no sabríamos que hacer con nosotros.

Durante el concierto sólo logro adquirir uno de sus discos y cierta información que le permitiría encontrarse directamente con ellos. Al final, decidió esperar, esperar, esperar hasta que sin más la internaron por una pequeña puerta, maquiavélica, macabra, tétrica y triste, imagen proyectiva ideal del grupo en cuestión, que la conduciría al contacto directo de su estado en potencia. El contacto fue por demás fascinante, surrealista e indescriptible, algo que aún no podemos describir, ni ella, ni nosotros.

Hoy A, a dos días de esa corrección emocional no deja de observar su programa, escuchar su disco y visualizar la playera en la que ha dejado colgadas miles de sensaciones que de vez en vez sacude y hace retumbar en su propia habitación, sobre todo ahora que está creciendo.

Por eso, he decido escribir sobre A, sin permiso. Una historia que me era vedada, un grupo que me era desconocido y, lo más importante, porque si la miras bien, no es una chica fascinante, sólo es más ella.

93

Olvido

14.6.10

Recuerdos vinílicos

El último silbido de la canción lo despertó justo antes de que la aguja comenzara a producir ese ruido característico que los tornamesas cargan consigo. Se paso la mano por la frente para secar la gota de sudor que creía resbalaba ante la pérdida de un cuento que aún no había escuchado, a pesar de no estar seguro de ello, quizá no había despertado del todo y seguía siendo un sueño, uno de esos tantos sueños que lo acompañan en la duermevela y que nunca ha podido hilar del todo.

Su ansia por despertar o sentirse despertado lo carcomía, sobre todo porque no quería sentir ese dolor de aguja en el acetato; simplemente él sabía que el ruido, como muchos tantos, no le importaba, el verdadero interés y la fuerza que acompañaba esa motricidad casi elástica e instantánea era el valor que le otorgaba a cada uno de sus discos. Todas las noches disfrutaba colocar un par en ese aparato anticuado, como solían nombrarlo cada una de las personas que esporádicamente asistían, y él, al mismo tiempo, disfrutaba la sensación que esa frase producía, sobre todo porque la hacía suya, la incorporaba a su limitado vocabulario que sólo consistía en títulos de canciones, de álbums, fechas de lanzamiento y, ocasionalmente, si la inspiración se lo permitía, de adjetivos que le inspiraban una vuelta de vinil simplemente por el hecho de no saber cómo describirlo.

Estiro la mano para remover esa punta que lastimaría las emociones que había transportado y mimetizado en la eterna circunferencia rítmica; la dejo a un lado con gran cuidado al tiempo que observaba el último trago de whisky que aún quedaba, de la penúltima canción, sobre la mesa negra en la que solía escribir. Inmediatamente y con gran cautela, como si de ello dependiera su vida, levanto el acetato, lo observó cuidadosamente, cada una de sus líneas concéntricas, sopló y resopló como si quiera desvanecer esa capa obscura que guardaba una de las tantas historias en las que se sumergía de vez en vez y, mientras buscaba la correspondiente guarida de las mismas entre las reminiscencias de sus recuerdos, con la mano que le quedaba libre, alcanzó ese vaso que se le ofrecía aprovechando las historias confusas que bailaban en su mente. Lo bebió de un sorbo, guardo el disco de colección que sólo escuchaba en momentos en los que se sentía realmente solo, sin más, sin piel, sin corbata, sin tiempo, él y sus historias de plástico, sólo él y esa sensación que exhalaba al dejar vacio el vaso, su mano y el tornamesa, él y su neostalgía cuando dejo de ser un sueño, cuando se despertó justo antes de que la aguja comenzará a producir ese ruido característico.

93

Olvido

The Divine Comedy: Bang Goes The Knighthood



En esta ocasión daremos una vuelta por una de esas exposiciones que por ser conceptuales muchas de las veces se encuentra vacía, así podría describir el nuevo y decimo disco de The Divine Comedy, el cual no ha corrido con gran suerte ante la apabullante publicidad de otros grupos. Aún así, Bang Goes The Knighthood es una joya de disco, disfrutable en cualquier estado emocional, con notas de piano que nos van rasgando ligeramente las venas (Down In The Street Below) hasta los encantadores y sarcásticos sonidos sesenteros (At The Indie Disco).

Parecería un cuento con melodías, pero oh¡¡ sorpresa¡¡¡, un juego maquiavélico, naranjoso mecánicoso, en cada una de sus notas… Cada una de las letras esta enmarcada en un tema actual, una sobreexposición cotidiana que nos demuestra al mencionar “Miras alrededor y algo no está bien. La tuya es la única cara que no reconoces”, hasta llegar a la lolita que para sobrevivir busca amantes en “Neapolitan Girl”, o el cuestionamiento capitalista que realiza en “The Complete Banker”. En fin… un disco que va de toques ácidos hasta momentos recreativos de felicidad en la gran extensión del concepto…

El sencillo de la probadita que nos dieron con su EP fue más lo esperado, y que dista mucho de todo lo que lleva el disco, un shot de sentimiento para soportar la levedad de nuestros movimientos, por lo tanto, “At The Indie Disco” es parte de la regla primordial…

The Twilight Saga: Eclipse



Alguna vez, en alguna carpeta escribí sobre el primer soundtrack de esta saga, el cual podía juntar a dos generaciones en una charla informal o social, ya sea por el gusto de la película misma y/o por el repertorio musical que venía de fondo y que muchos no se daban por enterado… pues ahora, y casualmente con el estreno de la película y mi sobra de tiempo, o mejor dicho, de ganas de escribir podemos hablar del segundo disco de la misma saga el cual lleva por título: The Twilight Saga: Eclipse.

Realmente, no soy fan de la misma, ni en pantalla grande ni en papel, lectura frágil y sin emociones, imágenes comerciales y demasiado proyectadas…pero hablar del soundtrack es sumamente diferente, manteniendo el valor del primero y dando continuidad a la calidad sónica.

The Twilight Saga: Eclipse no sólo cuenta con 15 tracks fabulosos, sino con 15 bandas o más que nos sorprenden en mancuernas que no se habían escuchado y que se llevan muy bien frente al micrófono como es el caso de Beck y Bat for Lashes (así es, la chiquita con la que jugaría un partido de squash). El repertorio es enorme y aunque haya algunos que considero no encajan en la lista (no por malos, sino porque los licántropos no son lo suyo) no está de más nombrar a algunos que realizaron un excelente trabajo para este disco como Vampire Weekend, Band of Horse, Fanfarlo, Metric, Sia, The Dead Wheater, The bravery, Muse, UNKLE, Florence & The Machine y mi grata sorpresa de Cee Lo Green, entre varios más.

Un disco que proyecta la imagen de muchos tantos o que crea la idea de que el reproductor esta en modalidad aleatoria, saltando de una banda a otra, lo cual resulta por demás interesante, ya que incita a un sin fin de imágenes internas, por lo tanto, recomiendo que lo escuchen antes de ver la película, ya que a la inversa provocaría imágenes cinematográficas con cada canción restándole la potencia visual que tiene cada una de ellas….

The Magic Numbers: The Runaway



Después de cuatro años, barbas y cabelleras más largas, charlas banqueteras con palabras ajenas y aún nostalgia por no asistir a su concierto… por fin, dejaron de cuidar sus bonitas casas y coquetos huertos para que The Magic Numbers nos presentan su tercer álbum llamado The Runaway.

Si bien mantienen la esencia que me encanta y los caracteriza, creo que éste disco no supera al anterior, pero aún así, me duele, hiere y disfruto la forma en que llenan de melancolía, recuerdos y olvidos cada espacio en el que los escucho.

Aún encuentro fascinante la forma en que este par de hermanos casados con este otro par de hermanos realicen este tipo de relevos vocales como lo demuestran en Hurt So Good, en la cual nos dan cuenta propia de que con algunas guitarras eléctricas y acústicas y mínimas percusiones se puede disfrutar del dolor o los fabulosos arreglos orquestales en The Pulse, el cual fue el primer sencillo con el que lo conocerán en la radio.

The Runaway es un disco doloroso en el que la festividad quedo de lado o de fondo, desde la portada, huella indiscutible de Robert Kirby (quinto elemento de la banda detrás de cabina) o huella de cada uno de los que solemos ir dejando rastro para comprobar el olvido al que nos sometemos constantemente o para el que seguimos andando…

Math and Physics Club - I Shouldn’t Look As Good As I Do



Del mismo sello que Cats on Fire, Bubblegum y Lemonade (Matinée Record) surge este excelso grupo de indie pop y twee: Math and Physics Club. Después de todo, ¿quién no desea un club para hablar de física cuántica mientras hace un par de canciones? Al menos, a mi me encantaría…

Con este su segundo disco titulado I Shouldn’t Look As Good As I Do, darán mucho de que hablar en este año, un disco que no dura más de 25 minutos, con 10 tracks sumamente emocionales (al menos desde mi perspectiva que va más allá del entendimiento de la letra misma) y que a la primera escucha se internan en cada parte de uno mismo reproduciéndose constantemente al andar.

Canciones como We Make A Pair, Everybody Loves A Showtune, I've Been That Boy y I'll Tell You Anything, que nos demuestran esa angustia silenciosa rítmica, con guitarras acústicas, panderetas y violines ocasionales, muy del ritmo característico de Stuart Murdoch (Belle & Sebastian)… después de todo un disco bellamente “amoroso”, aunque para mi es una carcoma nostálgica de desamor…

Parafraseando: “una vez más no te hará daño/así que vamos a hacerlo de nuevo”…

8.6.10

Mates Of States: Crushes (The Covers Mixtape)


Algunos cuantos y otros tantos sabrán de mi gusto por los covers y sus múltiples versiones que me producen extrañas sensaciones, no sólo al escucharlas, también al mostrarlas y absorber las reacciones de los individuos para reconocerlas o simplemente asombrarse ante lo desconocido de algo conocido.

Este placer me lo voy proporcionando como una tarea extra y espontánea a la par de encontrar nuevos placeres sónicos en la red, sin tratar de encontrar grupos específicos, ni canciones únicas, me dejo llevar por la curiosidad, característica intrínseca del olvido, y su forma de mostrarme tantas versiones y versionados que muchas de las veces llegan a pocas siluetas…

Así pues, tampoco debo de negar algunos discos completos y/o grupos que son de mis favoritos en este arte, que hay que reconocer no siempre lo logran al 100%, pero que tampoco debo dejar de mencionar como aquellas joyas de Guilt By Association Vol 1 y Vol 2, así como los diferentes acetatos de la KCRW o Radio 1, entre muchos otros grandes que hacen covers.

Hoy simplemente me alegro de haber encontrado el nuevo disco de indie pop de este dúo (y matrimonio) de San Francisco Mates of State los cuales llevaban ya dos años sin mostrarnos su creatividad.

Por fin, para el mes de julio saldrá a la venta Crushes (The covers mixtape). Lo fascinante de este grupo es que no sólo hacen una canción que pueda escucharse rara y divertida (lease: Franz Ferdinand (Womanizer), Little Boots (Ready for the floor), Muse (Can't take my eyes off of you), entre otros) o aquellos que toman algunos clásicos reconfigurándolos. Sino que Mates of States toma canciones de grupos que hoy día suenan y crea una atmosfera diferente de los mismos.

Crushes (The Covers Mixtape) cueta con 10 canciones que pertenecen a grupos como Girls, Belle & Sebastian (que por cierto, estarán en el mes de julio por estas tierras), Nick Cave, Death Cab For Cutie (maldito, salúdame a Zooey), Fleetwood Mac y mi favorita que es de Daniel Jhonston, entre otros.

Realmente vale la pena una escucha por ambos lados, sobre todo para encontrar versiones emocionales a las que alguna vez logramos sentir.

1. “Laura” (Girls)
2. “Son et Lumiere” (The Mars Volta)
3. “Sleep the Clock Around” (Belle & Sebastian)
4. “Technicolor Girls” (Death Cab for Cutie)
5. “Long Way Home” (Tom Waits)
6. “Love Letter” (Nick Cave)
7. “Second Hand News” (Fleetwood Mac)
8. “17 Pink Sugar Elephants” (Vashti Bunyan)
9. “Roller Coaster Ride” (Dear Nora)
10. “True Love Will Find You in the End” (Daniel Johnston)