16.3.11

La Niña Burbuja

Pompas de jabón estrellándose en mí repentinamente, pareciera que me tocaban el rostro con sus diminutos dedos para atraer mi atención, la cual, la mayoría de las veces anda unos pasos delante de mí. Diminutas explosiones sensoriales que me perseguían a través de mi inmovilidad. Distracciones purpuras, bicoloras y lúdicas dejaron traslucir la imagen de aquellos labios que soplaban ligeramente provocando mi curiosidad y que repentinamente me proyectaron a esa niña.
Siempre me fascinó la facilidad que demostraba para reconfigurar cada charla, la forma en que las ideas y, mejor aún, las preguntas, salían disparadas de su boca. La trasformación que su lenguaje corporal producía al contexto; sus infinitas ganas de querer saber un poco más de lo necesario para fortalecer esa fragilidad, imaginaria para aquellos que creíamos conocerla, con la que se desplazaba, con la que se vestía y mejor aún con la que me dejaba despojarla.
Recuerdo las historias que me contaba entre charlas que no nos pertenecían, pero que intentábamos contarnos sin cuestionar lo esencial, sólo utilizándolo como hilo bifurcado de las múltiples opciones que podrían presentársenos en momentos indistintos, por eso no lo cuestionábamos, porque eso venía ya con nosotros. Porque sabíamos a ciencia cierta que esas pequeñas diferencias de perspectiva nos darían a cada uno, desde su propio sentido de observación, parte del conglomerado que iríamos armando entre los diversos temas que esa y tantas noches más tocaran nuestras lenguas.
La primera vez que entablamos una conversación fue en uno de aquellos paseos urbanos que solíamos realizar cada uno por su cuenta. Curiosamente, tomar la elección del recorrido que no venía marcado en el mapa, hoy día lo creo, produjo ese encuentro fortuito entre su simplicidad y mi rareza. Encuentro curioso, ella solía entablar amistades y conversaciones con suma facilidad, era como ir coleccionando colores de un caleidoscopio. Yo con un mutismo a flor de piel que parecía atraer a cuanta persona se cruzara, como si se reflejara en mí una gran necesidad de escuchar. Yo era una especie de néctar para aquellos insectos que deambulan y habían perdido la orientación del retorno a casa. Ella era la que pintaba sus cielos con palabras en forma de corazón.
Al principio, no pude reconocer las palabras de las que hizo mención, ni siquiera el tono o la forma de pronunciarlas, ni siquiera pensaba en la manera en que había llegado hasta ahí; sin embargo, esa sensación que le da sentido a las palabras, el molde en que pueden salir disparadas, la ráfaga de sentidos que se proyectaron me llevaron a aquella primera vez que iba manejando a gran velocidad y esas burbujas de jabón se estrellaron en mi rostro. Si mal no recuerdo, era uno de esos vehículos que funcionaban con recuerdos y para ese entonces era lo que me sobraba, ocasionalmente cuando algo llamaba mi atención éste se detenía y ante mi olvido podía provocar una larga fila de autos que me recordaba en demasía a “la autopista del sur” de Cortázar y, por ende, a todas esas vivencias de animalitos que solíamos mantener en nuestro pequeño corral móvil, por lo que enseguida, y como si fuera empujado por policías a media noche en plena avenida, el vehículo comenzaba a moverse, lentamente, como si paladeara cada visión que venía a mi mente. Ya a cierta velocidad, las burbujas, la boca, el aire, sus minúsculas extremidades tocando mi rostro comenzaban a destellar; sólo que ahora con otra intensidad y otra memoria. En ese instante comprendí que aquellas burbujas multicolores eran  más que eso. Vocablos que trataban de salvarme, que intentaban impedir ese último salto a la copa del árbol, evitar el posible desgarre o desfase de miembros, limitar las opciones a seguir andando.
Ocasionalmente, y ante las ráfagas manuscritas que se estrellaban en nuestros cuerpos, intentaba traducir todas esas sensaciones que nos embargaban en nuestro mutismo, el cual sólo se veía corrompido por el estruendo de su risa rebotando en cada superficie del escenario en cuestión. Cada una de esas risas se estrellaba y hurgaba en las grietas de nuestros recuerdos y justo cuando alguna reunía la fuerza necesaria para introducirse terminaba bailando sobre sus 10 cm de altura ficticia que le permitía respirar otro tipo de aromas; ligero impulso corpóreo catalizador de colores. Entonces pintaba con los dedos y partes del cuerpo mientras corría sin ir a ninguna parte. Tejía colores y eso era lo que ella creía que sabía mejor hacer.
Un día de otros tantos, sin más, comenzó su andar. Un vaivén sin sentido pero lleno de color, intentando desenredar las circunstancias que le trajeron a este momento, creyendo en las causalidades y en las posibles huídas que se dice y cree que la caracterizan, sin pensar que sólo es la búsqueda o el encuentro con la pregunta adecuada, no la correcta, no la valida, no escupida por la boca idónea, simplemente la adecuada, como esa hormiga que sin importar la forma del terreno que debe de recorrer de ida y vuelta a casa, va y viene. Simple como esa hormiga, simple como ella misma. En ese transcurrir fuimos sumergiéndonos en encuentros fortuitos y casuales por los que nos dejábamos envolver en su delgada capa que metamorfeaba cada uno de los contextos. Podíamos catapultar ideas que iban surgiendo entre alcoholes y letras permeadas de fuego que salían de nuestras bocas provocándonos resonancias magnéticas y contradicciones orgánicas. Realmente era fascinante esa niña, su traslucidez, el caleidoscopio que siempre llevaba bajo el brazo, sus lágrimas que reían y aún más, sus infinitas ganas de mutar. Hoy día más que otros tantos.
No existieron más encuentros, tampoco charlas interminables acompañadas de whisky y cigarros, las carreteras no se vieron agredidas por nuestro andar, no hubo un despertar melancólico y menos aún zigzagueos por el centro de las ciudades. Solo fue una única historia contenida en una burbuja, con esa fragilidad brutal que la caracterizaba y que guardaría para ella misma justo para aquella ocasión en la que girará la esquina.
Olvido
93

365 días

Han pasado 31 556 926 segundos, miles de sensaciones, ojos taciturnos con miradas ansiosas, movimientos corpóreos, sonidos diversos, halitos de emoción, neostalgías y retazos de vidas, a veces el simple animo del anonimato o del mutismo, en ocasiones alguna idea transfigurada en placer y en menor escala partes de uno mismo.
En ocasiones me creo parte de aquellos que mantienen o dan seguimiento a la próxima letra, sin embargo, son sus ojos los que van construyendo parte de mis dedos.
Ante ello, sólo me resta agradecer por dejarme plasmar lo que van imaginando.
Y a ti… el siguiente post.
Olvido
93

14.3.11

The Strokes: Angles

Una de mis bandas favoritas no sólo por su música, sino por las imágenes tatuadas y proyectivas que se encuentran en mi mente y que por citar algunas podría mencionar Tijuana, brazos, piel, lap top, risas, juegos, silencios, entre tantas más.
Ahora con su 4° álbum titulado Angles y una portada que me remite al último disco de MGMT y que nada resulta de mi agrado por fin a comenzado a tocarse en mi tornamesa días antes de su lanzamiento.
Ahora The Strokes suena a cuando empezó, guitarras estridentes acompañadas de la voz característica de Julian Casablancas y pequeñas detonaciones experimentales de cada integrante después de haber realizado camino de forma independiente y demostrar un crecimiento musical.
Después de varios años y escuchar infinidad de rumores y buenos discos como Phrazes For The Young de Julian Casablancas o Como te llama de Albert Hammond Jr o el fabuloso (al menos para un servidor ya que no tuvo gran eco) The Time of The Assassins de Nickel Eye o Little Joy en donde participa Fabrizio Moretti… por fin aparece en escena Angles, haciendo alusión a la perspectiva de cada integrante.
Canciones que remiten a Is This It o Room on Fire, emociones en espiral que no completan la circunferencia pero quedan en concordancia con determinados ejes; movimientos que explotan e implotan en la mente reinventándose con cada track. Catapultas de sonidos que van llenando la espera, todo y más con lo que me he encontrado.

Alex Turner: Submarine

Ser líder de Artic Monkeys y The Last Shadow Puppets a veces no es suficiente, por ello, Alex Turner decide embarcarse en un nuevo proyecto como solista y crear el soundtrack para la película “Submarine”.
Submarine incluye 6 tracks que se disfrutan cual colores en fuga. Podría esperarse, sobre todo en el momento de colocar la aguja en el acetato, tonos símiles a sus otras bandas, sin embargo, dista mucho de ello ya que es un indie-pop-dream más ligero y con un ritmo más tranquilo el cual nos permite explorar sensaciones pintadas de azul. Notas que escurren por los muros conforme avanzan las canciones creando una atmosfera que proyecta imágenes de personajes que aún no existen.
Por ahora, solo basta tomar cada uno de los temas como “Hiding tonight”, “Glass in The park”, “Its Hard to Get Around The Wind” o Stuck on The Puzzle” y comenzar a pintar con ellos los restos que nos quedan.

8.3.11

Likke Lii: Wounded Rhymes

Después de un fabuloso Youth Novels sigo digiriendo desde hace rato el nuevo segundo grandioso disco de Likke Lii (también a ella por supuesto), el cual lleva por nombre Wounded Rhymes.
En esta ocasión encuentro más dureza en su música, difícil de clasificar para un servidor. Sonidos más fuertes, una voz que ha crecido y demuestra cierto enojo en algunos temas que buscan distanciarse de un pop-indie clásico. Más percusión, incluso podríamos llamarlo tribal como en el caso de “Jerome” o “I Follow Rivers”, aunque aún tengo mis dudas.
Me encanta que aún ante esa coraza exterior que desea proyectar juega con esa inocencia que la ha caracterizado y con la que cuenta a sus 21 años, sobre todo en canciones como “Love Out of Lust”, “Unrequited Love” o “I Know places”.
Incluso ese juego que lleva a cabo de esa electroacústica que nos muestra en “Get Some” y “”Rich Kids Blues”, proyectándome una clara película en blanco y negro, esto quizá se deba a la influencia que ejerció Bjorn Yttling (Peter, Bjorn & John).

Validación Paperblog

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7.3.11

Mirrors: Lights And Offerings

Después de algunos sencillos sueltos que escuché de esta banda londinense que lleva por nombre Mirrors, me alegra que ya estén dando vueltas en el tornamesa. No se puede hablar de que han marcado un diferencial o que ofrezcan algo nuevo y quizá ahí radique mi gusto por la banda.
Mirrors, en su primer disco titulado Lights And Offerings hacen un synth rock muy claro, directo del que tanto me gusta. Por supuesto traen consigo toda la influencia del rock de los 60s hasta nuestros días, sin embargo, suelen incorporarle esos sonidos eléctricos que permiten saborearlo de una forma diferente.
Canciones como “Into the Heart”, “Look at Me”, “Something in your Mind”, “ Ways To An End”, o mi preferida “Hide And Seek” entre otras tantas que proyectan una banda característica de Brighton.
Por cierto, me agrada el estilo característico londinense en el que se presentan y cuidan de detalles para explotar su contexto.

Noah & The Whale: Last Night On Heart

Más que agradable este tercer disco de Noah & The Whale que lleva por título Last Nigth On Eart. Una banda que me agrado desde su primer disco. Ritmos diferentes entre canción y canción, potente y sutil con sus 33 minutos de emociones que permiten paladearlo en momentos de whisky o bailes corpóreos.
El ritmo de fondo que va más allá de su pop-folk al que nos tenían acostumbrados me gusta, esa tendencia a experimentar con sonidos y ritmos del rock o dream-pop, con algunos coros y una batería que se vuelve más protagónica demuestran el crecimiento de esta banda.
Movimientos corpóreos a mayor velocidad en “Tonight´s the Kind of Night” o en L.I.F.E.G.O.E.S.O.N y de repente estalla “Wild Thing” que me recuerda en demasía a The National en tono y manera pero con una ligera fusión con los últimos  King of Leon. Realmente nada mal, sorpresa tras sorpresa entre notas musicales como con “Give it All Back” que me hace recordar sonidos orgánicos de Very Best o Vampire Weekend.

Podría seguir con cada una de las 10 canciones que componen a este Last Night On Eart como “Just Me Before We Met” o “Waiting For My Chance To Come” en donde la voz cobra relevancia en el desgarre musical, rompiendo justo donde debe de estallar, otorgando la dosis exacta y mínima para continuar el día, ligeramente parecido a esa melancolía que genera Friska Vijor, pero creo que no hay mejor forma de terminar que generando curiosidad.

21.2.11

Traductor

Y si sólo hoy me dejan morir...sin más... conmigo mismo por no dejar algo de mi, sin compartir y con el egoismo que me caracteriza hoy en día. Respirando con esfuerzo y con las letras que no les dejo ver, música que me incita y otra que me olvida.... He intentado dejar mis recuerdos en el cajón, el único que tengo, pues es bien sabido que en los otros solo son recuerdos olvidados.

Con cuentos inconclusos, tratando de esconderme y cerrando la boca para que los dedos no se salgan del corazón.

Solo ando como un mal traductor en donde los pensamientos se le desbordan, a veces se ahogan y otras tantas se le asfixian sin entender o acoger ese dichoso pensamiento, provocando que se rompa en diversos  fragmentos por este teclado... por esa voz...ante ello, debo corresponder abriendo mis momentos de soledad...sin embargo...la letra, al menos en mi teclado...no la encuentro.

Olvido
93

3.2.11

Beaulieu Pourch: Beaulieu Pourch

Un sónico caleidoscopio sería mi casi más cercana forma de definir este vinyl.
Una diversidad de instrumentos, colores, imágenes, sensaciones llenan cualquier atmosfera en la que he reproducido a Beaulieu Pourch, he escuchado más de un par de veces y sigo sorprendiéndome con nuevas sensaciones que surgen en cada una de esas reproducciones.
La aguja comienza a tocar “The colour 55” una excelente rola que me recuerda en demasía esa psicodelia de los 60´s o The Virgin Suicides, el estruendo emocional y sónico que realizan algunas percusiones, trompetas, cuerdas, coros y la forma en que llevan y/o controlan y/o dirigen y/o crean esas implosiones corporales en 5:42 que dura la misma, es fascinante. Pareciendo o terminando agotado pero con una sensación de continuar sintiendo, es una alucinación de estar realmente probando esa cantidad de colores.
Enseguida, y como si tuviera que retomar fuerza me llega “Keep On Screaming”, bajando de intensidad pero no de melancolía, donde la batería se vuelve más protagonista, otorgando otra sensación al girar en menor o mayor grado a este caleidoscopio sónico.
En “Greencroft Street”, ocurre algo diferente, el piano me genera una sensación de tranquilidad, aunado a los coros que potencializan mi melancolía o neostalgia proyectando un sin fin de imágenes que se vuelven parte, al menos para mí, de la canción, lo que me hace partícipe de la misma. Creo que ésta es la que menor energía muestra, sin embargo, permite seguir en este vaivén efervescente.
Y es entonces cuando al girar de nuevo, los colores, o mejor dicho sonidos, se crea una explosión con “Raspberry Babies”, en donde se proyecta con mayor claridad su influencia rock, neo-garaje y en mayor grado neo-psych. Sin embargo, en esta me hizo falta una culminación diferente, me queda un dejo de sentirme abandonado por el grupo, esa forma de terminar me desconcierta, sólo me hizo falta que me bajara lentamente después de esa cantidad de adrenalina, ya que me deja en el aire en el último salto.
Por último, giramos el disco y nos encontramos con “Navy Blue” que cierra de manera extraordinaria la función que ha producido Beaulieu Pourch. Este track en especial es el que mayor satisfacción me ha provocado, acelera en el momento justo, rompe en el momento de circular, nebulosa y espacial, tranquiliza e inquita  y es justo ahí, cuando quedamos devastados ante ese conglomerado de sensaciones que no permite mantenerse estático en esta frecuencia sónica espacial.

Un disco que nos permite realizar una mezcla entre esa psicodelia sesentera con diversos toques espaciales de hoy día. Ganma de colores, texturas, sonidos e imagenes que caben en 7" y que andará girando en mi cabeza por un buen tiempo.
Para aquerllos que desean escuchar algo les dejo estos links:

Raspberry Babies:  http://soundcloud.com/thepepperminthill/raspberry-babies

The Colour 55: http://soundcloud.com/thepepperminthill/beaulieu-porch-the-colour-55%20(phantom%20track)


Y para los que desean bajarlas y escucharlas en su propia atmosfera les dejo esto:

The Colour 55http://www.thesmilesandfrowns.com/bppromo/thecolour55.mp3

Raspberry Babies: http://www.thesmilesandfrowns.com/bppromo/raspberrybabies.mp3%20(phantom%20track)


Y para los más visuales les dejo los videos que, aquellos que me conozcan o hayan leído, sabrán que no los he visto pues evito influenciarme de imagenes hasta un tiempo después de haber creado las propias en mi mente:

Raspberry Babies: http://www.youtube.com/watch?v=q2ALfH_phOg&feature=player_embedded

Navy Blue: http://www.youtube.com/watch?v=xEIi36B4X6E&feature=player_embedded

The Colour 55: http://www.youtube.com/watch?v=25JSPPIrbFY&feature=player_embedded

Adam, The Smiles & Frowns, Beaulieu Pourch y… Yo

Estas letras llevan una carga de sorpresa por diversas circunstancias y una de las múltiples formas de leer esto es empezando:
Me es realmente agradable haber recibido un e-mail de Adam (vocal e instrumentista de The Smiles & Frowns) por diversos aspectos.
Saber que están trabajando en nuevas canciones para su siguiente álbum que saldrá, y espero con ansias, para este 2011. Después de quedar maravillado por ese The Echos of Time en el que muestran una forma de reproducir sentidos.
Para tener conocimiento de que han emprendido una nueva travesía a través de su sello discográfico que lleva por nombre The Peppermint Hill y con el que proyectaran a diversas bandas hacia los oídos del mundo.
Y aunado a ello, poder mostrarme a Beaulieu Pourch. Una banda que lanzará su primer Vinyl 7” a través de The Peppermint Hill. Haberme hecho llegar los Mp3, videos y reseña de la banda para poder escucharlos y opinar sobre ellos es realmente agradable.
En este momento me limitaré a hablar un poco de la historia de Beaulieu Pourch:
Para el 14 de febrero lanzarán su primer vinyl single con 2 tracks que llevan por nombre “The colour 55” en el lado A y “Navy Blue” en el lado B. Además de que vendrá incluida la versión en MP3 con 3 rolas fantasmas ocultas para su mayor sorpresa.
Ahora bien, hablemos de Simon Berry quien es el que liderea a Beaulieu Pourch, pues no sólo es el que reúne al grupo también es el que se encarga de escribir las canciones. En letras de Adam “He is a musical space-cadet of psych-pop and home recorded indie masterpieces”. El empezó haciendo música en bandas de punk y tocando en varios pubs locales de Salisbury, UK de donde es originario. Su primera banda llevó por nombre British Light Music en donde realizaba algo de psych-pop con la cual no genero el impacto deseado por lo que decidió encerrarse y trabajar en su nuevo proyecto que llevaría por nombre Beaulieu Pourch.
Con Beaulieu Pourch decidió dejar de lado el lado comercial y realizar algo más identitario logrando una serie de canciones que llamaron la atención de The Smiles & Frowns y que ahora giran mis espacios.
Es por ello que aprovecho para saludar y agradecer a Adam y anunciar que el siguiente post será dedicado a Beaulieu Porch.

1.2.11

Cinnamon Chasers: Science

Es fabuloso la forma en que se van presentando los diferentes lanzamientos a principio de este año. Algunos van cumpliendo y otros tantos nos quedan a deber, sin embargo, siempre existe una u otra forma de disfrutarlos completos o por simples piezas que hacen más que un vinil completo.
Mi algarabía responde al nombre de Cinnamon Chasers, el cual lanzará en este mes su próximo disco titulado Science. Aún siguen sonando rolas en mi tornamesa de su anterior disco llamado A million milles from home (Título por demás excelente y motivador de haberlos reproducido en principio) el cual no logro entender porque no tuvo mayor resonancia de la que obtuvo, quizá sea cosa de la diversidad. Y más que eso, también puedo hacer mención de haberlo disfrutado dando vueltas sin epicentro por el norte de la ciudad, con cervezas en mano e historias no escritas que aún recuerdo.
Cinnamon Chasers realmente hace música indietrónica que resulta de mi agrado, sin hostigarme y mantenerme en la misma frecuencia, una especie de sonido que me permite disfrutar en cualquier momento. Ahora en Science me parece que utiliza sonidos más orgánicos muy bien logrados, manteniendo como base sus reconocibles sonidos sintéticos y ritmos electro-pop o space-disco que permiten un disfrute total corporal.
En Science encontramos 9 rolas altamente logradas, con algunas voces que le imprimen algo realmente sentimental que incita a moverme en mi propia estática con canciones como “Rocker”, “Smooth Station”, “Dove”, “Have I Said Something” y “Cuts Like Fire”.

Hercules & Love Affair: Blue Songs

Después de haber lanzado su primer sencillo “My House”, realmente estaba a la espera de escuchar por completo el segundo disco de Hercules & Love Affair, sobre todo después de saber que la voz de Antony no protagonizaría alguna de sus canciones.
Realmente “My House”, en lo personal, no era el sencillo adecuado, ya que se podía escuchar en el aire letras sociales inconformes, decepcionadas e indiferentes, sin embargo, no podía dejar de lado mis ansias para entender a Blue Songs con cierto entusiasmo para dejar que me sorprendiera y otorgará más de lo que prometía, hoy día entiendo porque “My House” fue el sencillo.
Realmente, el inicio del disco es muy bueno, la forma en que se incorpora Aerea Negrot a las voces es sumamente adecuada, con su propio estilo, manteniendo ligeramente alejada nuestra voluntad de escuchar a Antony, y eso ya es mucho que decir.
La forma en que Andy mantiene su estilo en ese tipo de música disco y house de los 80´s no se le puede recriminar, ya que lo hace bien, simplemente creo que a mitad del disco pierde fuerza buscando experimentar con sonidos más orgánicos como sucede en “Boy Blue” o “Blue Song”, perdiéndonos por completo en lo que se sabe y conoce de Hércules & Love Affair, sólo dejan de ser ellos, bifurcan el disco a un ambiente más etéreo en el que uno no espera verse involucrado al menos con esta banda.
Después intenta retomar el camino con “Falling” en donde giran ritmos con mayor euforia y la que sin duda estará sonando en más de un radio. Con esto logra despertar un poco y abrir camino a “I Can´t Wait” y “Step up” en donde el sonido espacial tiende a tomar el mando. El cierre del disco con “It´s Alright” en donde el piano cobra relevancia a la par de su voz femenina me recuerdan más un pop de los 90’s, al menos el principio, pero lo suficiente para poner mi atención en otras cosas.
En general el disco es bueno, simplemente no creo que tenga una línea con la que se identifique al grupo, tampoco creo que supera e incluso ni iguala su anterior disco. Creo que Andy ahora sólo tuvo algunos destellos en la mitad de las canciones y que son las que bien valen la pena escuchar.

20.1.11

Mademoiselle K.: Jouer Dehors

Un pop bastante simple pero rico, emocionalmente sube y baja constantemente, justo en ese momento en que estrellaré el vaso en la pared la siguiente canción me provoca una tranquilidad dolorosamente infinita que me evita terminar la acción. Un juego, más que divertido es para mi este disco de Mademoiselle K.
Jouer Dehors es su tercer álbum, en el cual esta francesita se divierte de lo más lindo al aire libre. Un estilo rockero de los ochenta y una música en la que dice influye Gainsbourn. 13 temas encantados en los que en ocasiones me acuerdo de Regina Spektor sólo que en francés. Algunos toques de piano acompañan algunas melodías, otras veces instrumentos acústicos, simples baterías y una letra que tan solo de escuchar su sonido me encanta aún cuando el significado vaya opuesto a mi interpretación.
Sumamente encantador y caótico, dulce y pervertido, con un poco de rebeldía y juguetón, adjetivos que podría colgarle no sólo a Jouers Dehors, sino a Mademoiselle K.

White Lies: Ritual

En diciembre se filtro por primera vez Ritual, el nuevo y segundo disco de White Lies, pero no duro mucho y la suerte no tiro los dados a mi favor. Por ende, lo he tratado de encontrar desde entonces sin gran éxito, hasta estos días, el cual ya se encuentra en diversos espacios de la red para aquellos desesperados que no podrán esperar al final de semana para su lanzamiento.
Verlos y escucharlos en el festival Corona Capital, sólo y con una cerveza en la mano, fue maravilloso, sin embargo, creo que podrían haberse presentado en un horario nocturno y la atmosfera hubiera sido diferente, que mal que no se les diera la importancia que merecían.
Ahora, en Ritual, encuentro sonidos más duros, libres, con una batería más protagonista y mayor intensidad para lograr un indie rock, post-punk más evolucionado, manteniendo la base que los caracterizo en su disco anterior To Lose my Life.
10 canciones para manejar de madrugada con introspección de imágenes que duelen y disfruto. Así me sirve Ritual. En su primer sencillo o video “Bigger Than US” se puede escuchar la misma idea que propusieron hace un par de años, sin embargo, existen canciones como “Peace & Quiet” o “streetlights” en donde nos muestran un poco de los nuevos sonidos con los que jugaron. Otras canciones como “The Power & The Gloria” o “Bad Love” simplemente mantienen mi deseo por escucharlos en vivo de nuevo.
Que lastima, que algunas letras influyan en la percepción de las cosas y más de los sonidos, en donde en la mayoría de la crítica se puedan leer las mismas palabras, quizá habría que diversificar las perspectivas, por ello, White Lies se mantiene en mis favoritos junto con Hypernova, Editors o Diego que mantienen y hacen bien lo que saben hacer, sin necesidad de experimentar sólo por el hecho de satisfacer a aquellas silabas ajenas.

Cut Copy: Zonoscope

Empieza la cosecha para ir recolectando canciones para el futuro carnaval, en el cual, por supuesto se encontrara el nuevo y tan esperado disco de Cut copy, sobre todo después de haberse filtrado y posteriormente lanzado su primer sencillo “Take me over” con sonidos electropicales ochenteros.
Esto comenzó a generar 2 opiniones al respecto: 1.- una transformación que no encajaba del todo en el referente que se tiene de la banda y, 2.-generador de expectativas positivas y deseos infinitos por escuchar el disco completo.
Hoy día, después de varias vueltas a Zonoscope, sigo con 2 opiniones y escribo:
1.-Mantienen una línea que los ha caracterizado y que los catapulto después de ese fabuloso disco en el 2008 que se llamo In ghost Colours. Claro está, con menos sonidos electrónicos y mucho más pop, siguiendo las tendencias de varios grupos hoy día. Zonoscope comienza con gran ahínco, se reconoce de inmediato al grupo, perpetúa la fiesta desde los primeros sonidos. Algunos acústicos muy bien logrados e integrados. Prácticamente uno espera o se predispone para un alto impacto sónico con “Need you Now”, en donde la voz de Dan Whitford me recuerda un poco a The National (claro esta guardando las distancias). Enseguida el reconocimiento de “Take me over” que en algunas ocasiones me recordaron a Hot chip como también en el estribillo de “Blink and You’ll Miss a Revolution”. Así podía continuar, cumpliendo con expectativas, sin defraudar y cargándolo en el ipod para escucharlo en cualquier espacio y momento que se presentara. Un indie-rock, electropop, dance-punk, synthpop bastante bien logrado por estos australianos… sin embargo…
2.- Esto no se mantiene en todo el disco, lo que genera cierta decepción, sobre todo al escuchar “Where I´m Going”, en donde los coros, estribillos y ritmos me llevan a cualquier película hollywodense o coro de estadio de beisbol, coreando y levantando las palmas, para lo cual ya se tiene a “We are the Champion”. Igual es el caso de “This Is All We’ve Got” en donde el synth no suena en demasía, algo que ha esta banda le sale muy bien. Entiendo la experimentación y fusión con otros sonidos, sin embargo, creo que incluir temas como éstos en un disco tan esperado corre el riesgo de que no se coloque entre los primeros álbumes del año.
Cut Copy con Zonoscope realmente nos brinda un buen disco en general, creo que le hizo falta un poco de originalidad o menos miedo a mantener su línea.
Sigo escuchándolo y trato de entenderlo, seguro lo disfrutaré aún más y con menos cuestionamientos, sobre todo porque una vez que descarté los puntos negativos me concentraré de lleno en lo positivo, lo cual es mayoría.
Escuchalo…

12.1.11

The Decemberists: The King is dead

Después de un grandioso The Hazards of Love, el cual no recibió buenas críticas ante el desconocimiento y/o poco entendimiento del mismo, The Decemberists regresan con un nuevo disco que lleva por nombre The King is Dead y saldrá este próximo 18 de enero. Considero que trataron de regresar a su orígenes o la fórmula ya interiorizada, dejando un poco la experimentación y conceptualización que recientemente llevarían a cabo.
En lo personal The King is Dead, el nuevo disco de The Decemberists no creo que llegue a ser de mis favoritos. Creo que esta vez Colin Meloy no ha encontrado un hilo conductor, el miedo otra vez a la crítica se ve plasmado en el disco completo ya cada canción puede escucharse por separado sin generar problema alguno, incluso podría creerse que pertenecen a discos diferentes. Sin embargo…
No deja de sorprender la música que crean, en donde 2 o 3 canciones seguro se volverán parte de mi día a día (al menos por un tiempo) y que pueden ser “Calamity Song”, “All Arise¡” con su sonido country, “Rox in the Box” o “This is Way We Fight” o “June Hymn”.
The King is Dead si bien mantiene aún esa línea de indie folk británico, creo que la participación de Peter Buck (R.E.M) pesa mucho en el disco, provocando un sonido más americano, algo que no previeron estos chicos.

Starfucker: Reptilians

Nada mal para ser el primero vinil plasmado del año, aunque no se verá hasta principios de marzo. Escribo sobre Reptilians el 3er disco de esta banda de Portland que lleva por nombre Starfucker. Aún recuerdo ese grandioso cover que hicieron de “Girls Just Want To Have Fun” de Cindy Lauper  en el disco anterior, el cual paso desapercibido para muchos y otros tantos. Que lastima¡¡ Ya que sus anteriores discos realmente valen la pena.
Reptilians…es diferente pero con lo mismo. Lo cual no es decepcionante, por el contrario, prefiero que algunas bandas mantengan la misma fórmula y no se transformen abruptamente por razones comerciales.
“Born” es la primera canción con la que abren Reptilians y me recuerda inmediatamente a The Flaming Lips, solo que con un poco más de acústicos, introduciéndonos con mayor suavidad un poco de slow dance.
En los siguientes 13 tracks siguen haciendo electrónica alegre, divertida y espacial. Un ritmo que permite disfrutar del contexto y encerrarse en ese antro corporal que se lleva consigo mismo.  
Con sintetizadores emocionales y ocasionalmente con un elctro-pop-folk-rock como en “Reptilians”, canción que da nombre al disco, que sorprende y otorga un giro rarísimo que había mantenido.
Actualmente se puede bajar “Bury Us Alive” gratuitamente desde su página, simplemente para provocar curiosidad de Reptilians. En lo personal, prefiero escucharlo completo ya que hacen un indie-electro bastante agradable para escuchar sin momento, espacio, compañía o soledad en la que se pudiera ver inmerso uno.